"La forma más común de que la gente te entregue su poder es que crea que no lo tiene"
Alice Walker (Escritora norteamericana)
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| Retrato de Faustina Sáez, 2º Ejemplar, La Violeta. Fuente: Hemeroteca Digital |
Dedicada a la Reina Isabel II, La Violeta fue fundada por una de las escritoras y periodistas más relevantes de la generación isabelina, Faustina Sáez de Melgar (1834- 1895), y publicada por su marido Valentin Melgar, quien aparece como editor responsable de la publicación.
Faustina participó de manera activa en los movimientos culturales asociados a la mujer que durante su periodo de actividad fueron sucediéndose. Se preocupó por multitud de causas sociales, llegando a formar parte de la sección femenina de la afamada Sociedad abolicionista española. Sus inquietudes artísticas la llevaron a ser presidenta del Ateneo Artístico y Literario de Señoras (1869) así como a ostentar un cargo de honor en la representación de la sección femenina española presente en la Exposición Universal de Chicago (1893). La escritora fue una activa defensora desde la poesía, la narrativa y sobre todo la prensa del llamado feminismo de la diferencia, concepto que compone el eje fundamental de la ideología presente en La Violeta. Este tipo de feminismo primario no reclamaba aún la igualdad de derechos con el hombre ni la emancipación femenina, sino que abogaba simplemente por una mayor educación para las mujeres. El único propósito de esta mayor culturización femenina no sería otro que el de conseguir que las señoras tuvieran un conocimiento mínimo con el fin de poder mantener conversaciones que resultaran interesantes y atractivas a sus esposos, para que estos no terminaran por aburrirse de su vida conyugal. Según se indica en su primera publicación, se trata de una revista que busca convertirse en una guía "útil y moral" para sus lectoras, sobre todo pertenecientes a la burguesía, desde una corriente neocatólica.
Aunque la ideología general del periódico deje a un lado el aprendizaje cultural de la mujer como instrumento para el avance y la realización de esta en la sociedad, un pequeño número de lectoras enviaron de manera anónima cartas en las que se abogaba por dar a la mujer un papel alejado del famoso concepto del "ángel del hogar". En esta idea de mujer tan extendida en la prensa de la época, llegando a dar nombre al título de un periódico, no solo bastaba el perfil de la buena esposa y madre de familia sino que se incluía a este el de compañera de conversación para su marido. A pesar de que esta corriente de pensamiento daba a la mujer un papel secundario en la sociedad, la ideología presente en La Violeta serviría como base para impulsar la defensa de la instrucción femenina.
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| 8º Ejemplar, La Violeta. Fuente: Hemeroteca Digital |
Desde sus orígenes comenzó a publicarse como una revista semanal, siendo el domingo el día en el que sus publicaciones salían a la calle. La paginación de La Violeta variaría entre las ocho y las dieciséis páginas y en cada tomo de de su colección se insertaría un índice de sumarios con imágenes al estilo del que podemos ver en El Correo de la Moda. Como en el anterior, en esta revista encontramos también elaboradas ilustraciones que permiten a las lectoras acercarse a las nuevas tendencias de la moda francesa, así como encontrar patrones para realizar "crochet". Este semanario se centró principalmente en la moda y la literatura como conocimientos básicos que debían estar presente en el bagaje cultural de una mujer burguesa. Además de estos dos temas principales, sus autores (siendo la mayoría mujeres, solo contadas excepciones como el experto en teatro eran hombres) publicarían en las páginas de esta revista artículos que tratarían la poesía, la crítica literaria o las traducciones, sobre todo biografías de mujeres destacadas.
En el año 1864, tal era la fama a nivel nacional que había ganado este semanal que es recogido en una colección y nombrado por real decreto como libro de texto oficial del país. A partir de este año su subtitulo pasó a ser el de "instrucción primaria, educación, literatura, ciencias, labores, salones, teatros y modas” y se convirtió en libro de referencia en la educación de niñas y maestras en la escuela española.
Con esta revista podemos comprobar, tal y como ya lo habíamos hecho anteriormente con periódicos como el Correo de la Moda y otros dirigidos al público femenino, el interés de la prensa hacia la mujer, la cual aunque aún muy ceñida al ideal conservador de la época, da sus primeros pasos para convertirse en un ente activo en el panorama cultural.










