lunes, 30 de noviembre de 2015

La Violeta

"La forma más común de que la gente te entregue su poder es que crea que no lo tiene"
Alice Walker (Escritora norteamericana) 

Como continuación a la última entrada publicada, El Correo de la Moda, en esta ocasión pretendo acercarme a conocer una revista que surge posteriormente con un propósito parecido a la anterior, La Violeta. Esta publicación, subtitulada como "revista hispano- americana de literatura, ciencias, teatros y modas", se publicó desde el 7 de diciembre de 1862 hasta el día 31 de diciembre de 1866, día en el que sale su último número a la calle.

Retrato de Faustina Sáez, 2º Ejemplar,
La Violeta. Fuente: Hemeroteca Digital
Dedicada a la Reina Isabel II, La Violeta fue fundada por una de las escritoras y periodistas más relevantes de la generación isabelina, Faustina Sáez de Melgar (1834- 1895), y publicada por su marido Valentin Melgar, quien aparece como editor responsable de la publicación.

 Faustina participó de manera activa en los movimientos culturales asociados a la mujer que durante su periodo de actividad fueron sucediéndose. Se preocupó por multitud de causas sociales, llegando a formar parte de la sección femenina de la afamada Sociedad abolicionista española. Sus inquietudes artísticas la llevaron a ser presidenta del Ateneo Artístico y Literario de Señoras (1869) así como a ostentar un cargo de honor en la representación de la sección femenina española presente en la Exposición Universal de Chicago (1893). La escritora fue una activa defensora desde la poesía, la narrativa y sobre todo la prensa del llamado feminismo de la diferencia, concepto que compone el eje fundamental de la ideología presente en La Violeta. Este tipo de feminismo primario no reclamaba aún la igualdad de derechos con el hombre ni la emancipación femenina, sino que abogaba simplemente por una mayor educación para las mujeres. El único propósito de esta mayor culturización femenina no sería otro que el de conseguir que las señoras tuvieran un conocimiento mínimo con el fin de poder mantener conversaciones que resultaran interesantes y atractivas a sus esposos, para que estos no terminaran por aburrirse de su vida conyugal. Según se indica en su primera publicación, se trata de una revista que busca convertirse en una guía "útil y moral" para sus lectoras, sobre todo pertenecientes a la burguesía, desde una corriente neocatólica. 

Aunque la ideología general del periódico deje a un lado el aprendizaje cultural de la mujer como instrumento para el avance y la realización de esta en la sociedad, un pequeño número de lectoras enviaron de manera anónima cartas en las que se abogaba por dar a la mujer un papel alejado del famoso concepto del "ángel del hogar". En esta idea de mujer tan extendida en la prensa de la época, llegando a dar nombre al título de un periódico, no solo bastaba el perfil de la buena esposa y madre de familia sino que se incluía a este el de compañera de conversación para su marido. A pesar de que esta corriente de pensamiento daba a la mujer un papel secundario en la sociedad, la ideología presente en La Violeta serviría como base para impulsar la defensa de la instrucción femenina.
8º Ejemplar, La Violeta. Fuente: Hemeroteca Digital

Desde sus orígenes comenzó a publicarse como una revista semanal, siendo el domingo el día en el que sus publicaciones salían a la calle. La paginación de La Violeta variaría entre las ocho y las dieciséis páginas y en cada tomo de de su colección se insertaría un índice de sumarios con imágenes al estilo del que podemos ver en El Correo de la Moda. Como en el anterior, en esta revista encontramos también elaboradas ilustraciones que permiten a las lectoras acercarse a las nuevas tendencias de la moda francesa, así como encontrar patrones para realizar "crochet".  Este semanario se centró principalmente en la moda y la literatura como conocimientos básicos que debían estar presente en el bagaje cultural de una mujer burguesa. Además de estos dos temas principales, sus autores (siendo la mayoría mujeres, solo contadas excepciones como el experto en teatro eran hombres) publicarían en las páginas de esta revista artículos que tratarían la poesía, la crítica literaria o las traducciones, sobre todo biografías de mujeres destacadas.

En el año 1864, tal era la fama a nivel nacional que había ganado este semanal que es recogido en una colección y nombrado por real decreto como libro de texto oficial del país. A partir de este año su subtitulo pasó a ser el de "instrucción primaria, educación, literatura, ciencias, labores, salones, teatros y modas” y se convirtió en libro de referencia en la educación de niñas y maestras en la escuela española.

Con esta revista podemos comprobar, tal y como ya lo habíamos hecho anteriormente con periódicos como el Correo de la Moda y otros dirigidos al público femenino, el interés de la prensa hacia la mujer, la cual aunque aún muy ceñida al ideal conservador de la época, da sus primeros pasos para convertirse en un ente activo en el panorama cultural.

sábado, 14 de noviembre de 2015

El correo de la Moda

"La prensa es la artillería de la libertad"
Hans Dietrich Genscher (Escritor, actor y humorista británico)

Como un líquido que adopta la forma del recipiente que lo contiene, la literatura puede presentarse a sus lectores en multitud de modos y estilos. No se compone solo de novelas que nos acercan a otras épocas o nos narran grandes luchas o pasiones. La literatura alberga también aquellos textos dirigidos a informar o contar sucesos de interés para el público general o un sector particular de los lectores. La confección de este tipo de textos será labor de la prensa escrita, que en España nace en el siglo XVII. Es por tanto que aquellos encargados de la redacción de los periódicos son también un tipo de escritores que se centran en la búsqueda de la noticia y el testimonio. En esta ocasión quiero hablar de un periódico sumamente especial, que se diferencia de manera clara con respecto a lo que podemos encontrar en la prensa española durante el siglo XIX.

1º Ejemplar, 1 de noviembre de 1851. Fuente Hemeroteca Digital
Dirigido al público femenino, el 1 de noviembre de 1851 se pone a la venta el primer ejemplar de "El correo de la Moda".  Esta gaceta, titulada también con el nombre del "periódico del bello sexo" como guiño a su público, trataría temas tan diversos como la moda, la literatura o el teatro. En sus páginas podemos leer incluso artículos que impulsan la educación y el carácter independiente de la mujer.

Detrás de la redacción de las páginas de esta gaceta encontramos los nombres de escritores y escritoras que por entonces iniciaban sus carreras literarias y que posteriormente se convertirían en intelectuales de la época isabelina. En muchas de sus publicaciones pueden leerse también las cartas de aquellas lectoras que poseían inquietudes literarias, quienes escribían sobre decoración, nuevas tendencias en el vestuario o bellas artes.

Por su costosa y detallada labor de imprenta, debida sobre todo a los elegantes grabados de moda que se encuentran en las últimas páginas de la mayoría de los tomos, El correo de la Moda se publicaría de manera bimensual. Una vez alcanzada la entrega número 28, el día 26 de diciembre de 1852, comenzaría un cambio fundamental en el modelo de publicación que culminó el día 8 de enero de 1853. En esta fecha sus responsables refundan el periódico cambiando su nombre al de Álbum de Señoritas. A pesar del cambio de denominación su mensaje seguiría siendo el mismo, la principal novedad residió en incluir artículos enfocados a dar consejos sobre la maternidad y las labores del hogar.


3º Ejemplar, 3 de Diciembre de 1851. Fuente Hemeroteca Digital
Esta revista destaca por el detalle de sus ilustraciones, las cuales se pueden apreciar desde la portada de cada número. La penúltima hoja es la que se dedica por completo a los figurines que representan las tendencias de la época (inspirados en la moda francesa). En estas ilustraciones aparecen modelos, pertenecientes a una clase social elevada, que visten sus mejores galas. El correo de la Moda es en sí la más absoluta representación en papel del concepto de feminidad del siglo XIX, una sensación que continúan percibiendo los lectores que se acercan en la actualidad a sus páginas.

En cuanto a aspectos formales, este periódico dirigido en sus inicios por Francisco Castelló, se trató de una publicación de dieciocho páginas impresas en papel satinado y que poseía formato cuarto. Aunque en la portada no aparece detallado el precio de suscripción se estipula que este era de seis reales en la capital y siete en las provincias.

La revista poseía una enorme cantidad de lectoras repartidas por todo el territorio nacional. Casi todo su público procedía de clases privilegiadas como la aristocracia y la alta burguesía, entre las que se encontraban personalidades de la época tan destacables como las infantas o la propia reina Isabel II. Esta publicación tiene el mérito de ser la más representativa y duradera de la prensa española entre las dedicadas al género femenino. A tal escala llega la fama y la notoriedad que este periódico ganó en la sociedad que incluyó en sus servicios el de enviar los tomos a las residencias de recreo de sus lectoras durante los períodos festivos, algo inabarcable para la mayoría de publicaciones contemporáneas a esta.

15º Ejemplar, 15 de junio de 1852. Fuente Hemeroteca Digital
El hecho de tener acceso a través de la Hemeroteca Digital a obras como esta, hace que los cimientos de lo que tenemos tan asimilado como actual se desmoronen. Las revistas dedicadas a la mujer que encontramos hoy en día en cualquier kiosko de prensa son la evolución de periódicos como este, cuyos autores y autoras sintieron la necesidad de escribir para un público concreto, con criterio propio y que comenzaba a abandonar el nido que imponía el machismo. Aunque en El correo de la Moda y en sus sucesores a corto plazo aún se aprecie levemente, escondido entre las páginas, aquí encontramos la base de unos principios de carácter feminista que serían la voz en auge de una parte de la población que pedía que se le concediese su sitio en la sociedad.





miércoles, 11 de noviembre de 2015

El auge de la fantasía en los hermanos Grimm

"Quien quiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. El problema estriba en hacer interesante esa locura".
François Truffaut (Director, crítico y actor francés).

A la mayoría nos suena familiar el nombre de obras con las que hemos crecido tales como Blancanieves y los siete enanitos, La Cenicienta o La bella Durmiente. Historias que durante el siglo XX fueron producidas y convertidas en clásicos del cine infantil por la compañía Walt Disney. En la actualidad, niños y mayores conocen al detalle la trama de estas narraciones desde el punto de vista que les ha transmitido el cine pero es necesario acercarse a su contexto original para entender el nacimiento de estos cuentos.

Retrato hermanos Grimm. Fuente Wikipedia 
Los autores de este novedoso tipo de literatura orientada a los niños serán los célebres hermanos alemanes Jacob (1785- 1863) y Wilhem Grimm (1786- 1859). Nacidos en el seno de una familia perteneciente a la burguesía intelectual, ambos destacaron desde muy jóvenes en el campo de las letras. Sus talentos e intereses activos en política les llevaron a convertirse en importantes personalidades dentro del mundo académico. Los Grimm fueron profesores en la Universidad de Gotinga, y más tarde, por invitación expresa de Federico IV de Prusia, ejercieron esta misma labor en la Universidad de Humboldt. A tal nivel llegaron sus intereses en la política de su país y la grata valoración con la que eran considerados que en el año 1848, Jacob se convirtió en miembro del parlamento.

Portada Cuentos de la infancia y del Hogar, 1819. Fuente Wikipedia 
Ambos intelectuales son reconocidos como los fundadores de la filología alemana por su importante tarea de confección de diccionarios y leyes gramáticas; la más importante de ellas la Ley de Grimm. A pesar de sus grandes avances en materia de estudio del lenguaje, ambos encontraron el mayor reconocimiento popular en su obra Cuentos de la Infancia y del Hogar, una colección de cuentos de hadas publicada por primera vez en 1812. Esta obra es en origen una recopilación de leyendas populares, pertenecientes a la gran producción medieval germánica, que habían sido transmitidas de boca en boca por los pueblos. La razón para que los Grimm elaborasen esta compilación perseguía que las historias de tradición nacional no se perdiesen con el tiempo.


Las primeras ediciones de estos cuentos fueron tachadas como no convenientes para ser leídos por niños, debido a que poseían referencias sexuales o violentas explícitas. Tal y como recoge Fritz Martini en su Historia de la Literatura Alemana, los propios hermanos se defendieron alegando las siguientes palabras; "No sabemos de ningún libro sano y fuerte que haya servido para la formación del pueblo –empezando por la Biblia-, donde no aparezcan tales reservas en mayor o menor grado. Pero el buen uso no ve nada malo en ello, sino, por el contrario –como dice un bello refrán-, un testimonio de nuestro corazón. Los niños saben leer sin miedo en los astros, mientras otros injurian a los ángeles partiendo de las creencias populares". Las múltiples ediciones posteriores de estos cuentos fueron las encargadas de incluir modificaciones en las historias con el objetivo de hacer de ellas una lectura apta para el público infantil. Estos relatos encontraron también un gran número de críticos en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los cuales consideraron que las enseñanzas que los Grimm pretendían transmitir a través de su obra se trataban de una doctrina cruel y sexista que se asemejaba a la ideología impulsada por la Alemania nazi. Actualmente, Disney ha incluido cambios tan significativos en las tramas que han hecho que de cara al cine infantil, los cuentos de estos autores sean unos inocentes relatos que poco o nada tienen que ver con los textos originales.

El zapatero y los duendes, 1823. Fuente Britannica
Después de haberse cumplido más de doscientos años de la primera edición, cuentos como Rapunzel, Hansel y Gretel o El Zapatero y los duendes, se han traducido a más de 170 idiomas y han sido considerados desde 2005 como Patrimonio Cultural de la Humanidad. La razón de merecer este título reside en la originalidad que aportan estas obras diseñadas para un nuevo tipo de público que había sido ignorado en el mundo de la literatura. La lectura de los cuentos de Jakob y Wilhem nos lleva no solo a entender el espíritu renovador del romanticismo de la época sino también a conocer de primera mano el origen de una posterior tradición literaria fantástica que será heredera de la obra de estos hermanos.





lunes, 2 de noviembre de 2015

La crítica feminista en la obra de Jane Austen

"La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros".
Jane Austen (Novelista inglesa)

La obra de Jane Austen es por todos conocida debido a su gran popularidad. Sobre sus libros y personajes se han escrito múltiples versiones que van desde nuevos giros y finales para sus historias hasta los tan de moda fanfictionscreados por los propios lectores de sus novelas.
Retrato de Jane Austen. Fuente: Talk like Jane

En esta ocasión no pretendo centrarme en ningún libro en concreto, ya que obras como Orgullo y Prejucio, Sentido y Sensibilidad o Mansfield Park han sido sobradamente analizadas y reseñadas. Para esta entrada quiero acercarme a una visión de Austen más personal,  centrada en su relación como mujer escritora ante el contexto social de finales del diechiocho y principios del diecinueve que le tocó vivir. Sobre todo a la visible crítica feminista presente en su narración y que se convertirá en hilo conductor de todos sus libros.


Moda durante la Regencia, 1800. Fuente Pinterest


En sus obras encontramos grandes vínculos de las protagonistas femeninas con la biografía de la propia autora. Nacida en el seno de una familia perteneciente a la burguesía agraria, Austen basará el contexto de la mayoría de sus creaciones en la misma realidad en la que ella creció como persona y escritora. Todas sus obras girarán en torno a la preocupación de las familias en cuanto a conseguir el mejor candidato a esposo para el matrimonio de sus hijas. Una unión sobre la que ante todo tenían que primar los beneficios que obtuvieran las familias de estos enlaces.
"Las mujeres solteras tienen una propensión terrible a ser pobres. Lo cual es un argumento muy fuerte a favor del matrimonio". Escribirá con ironía en su novela Emma.

La comicidad que podemos apreciar en esta frase estará presente junto a la aparente candidez de las obras de Austen, la cual ha sido tachada por muchos críticos como una autora conservadora. La realidad es absolutamente contraria a estas teorías. Bajo su apariencia de escritora inocente e inmersa en el perfil prototípico de su época, nos encontramos con una autora influenciada por la crítica feminista de la filósofa y escritora inglesa Mary Wollstonecraft.

Edición ilustrada, 1823. Fuente Wikipedia
Conocedora de primera mano de la dificultad que suponía a una mujer de su época el hecho de dedicarse a escribir y más aún de añadir matices de crítica social, Jane Austen publicará sus primeros libros bajo el pseudónimo "A Lady" (Una dama).
Si hacemos un repaso por la personalidad de sus protagonistas, todas estas "heroínas" de su época lucharán contra las constricciones sociales que las conducían obligatoriamente hacia un matrimonio no deseado. Mientras la sociedad las reducía a simples objetos decorativos del mobiliario del hogar, ellas abogan en cada una de las obras por ser reconocidas como "seres racionales" con una posición intelectual reconocida como igual a la del género masculino.

Desde Elisabeth, Emma o Elinor, todas reivindican en contra de los matrimonios de conveniencia, las luchas familiares por las herencias o valores de carácter religioso como la castidad.

Ellas serán el factor condicionante en todas las novelas de los cambios en la mentalidad de sus propias familias o de los protagonistas masculinos. Estos serán personajes redondos en la mayoría de sus libros. Personajes como Fitzwilliam Darcy o Edward Ferrars evolucionaran desde una posición conservadora con respecto a las relaciones y los valores de la época (influida por sus familias), a una visión mucho más abierta y moderna.

La tuberculosis se llevó a Jane Austen de manera prematura, a la edad de 41 años. A pesar de que nunca podamos llegar a conocer hasta donde hubiese llegado su interés y crítica a la educación que recibían las mujeres en su época, la novelista nos ha dejado mucho más que simples historias románticas. Su ingenio narrativo hará de ella una autora a la que merece la pena estudiar en profundidad y es que su obra irá más allá de lo aparente, convirtiéndola en una de esas mujeres que serán ejemplo de inconformismo en su época.